Aver. Existen dos caminos que yo podría tomar. El primero de ellos pone en práctica el viejo dicho de "comamos, bebamos, que mañana moriremos". Si opto por esta vía, me dedicaría satisfacer todos los placeres que pueda. Pondría énfasis en lo que todavía no he hecho. Fumaría una cajetilla negra de Lucky Strike al día. Me embragaría interdiario. Practicaría relaciones sexuales sin ningún control. Lo haría con cualquiera, cómo sea y en donde sea. Esto último supondría romper con mi enamorada, ya que creo que ella no estaría muy de acuerdo con esta nueva conducta. Haría tríos, o más si es posible. Pobraría todas las drogas y alucinógenos que me sea posible. Mandaría a la mierda a todas esas personas a las cuales siempre quise mandarlas a la mierda, pero el "qué dirán me lo impedía. Algunos , sin duda, se asombrarían. Practicaría deportes extremos; deportes que antes me los prohibía a mi mismo por considerarlos peligrosos.
El otro camino a seguir sería el convertirme en alquien como la Madre Teresa. Repartiría mis bienes (los pocos que tengo) a la gente que puedan dar un buen uso. Donaría todos los órganos que la ciencia médica me permita donar. Para que mi salud me permita donarlos, llevaría una vida ascética. Me volvería vegetariano o algo así. Vencería el orgullo y la dejadez y buscaría a todas la personas que les hecho algún daño. No les diría algo así como "Mira, si te dañé, por favor, perdóname". Si no algo así como "Sé que te he dañado, o siento que te he dañado
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario